13.9.10
Pasan las horas, rozando la locura, presa de mi poesia. Mucho altibajo, poca llanura. Soy ladrona y policia.
Caen las gotas, sin previo aviso viniendo del más allá.
De un inconsciente, ya inmanejable, que no me deja vivir en paz. De a poco oxidan esta armadura, difícil de abandonar.
Tengo una cita conmigo que no me animo a afrontar. Estoy tan lejos de mi, que no alcanzo a ver mi escencia. Pobre de vos, hoja en llamas, te descargo mi paciencia.
En el juicio de los muertos, frente a osiris, mi corazón rompería la balanza. Y, sin embargo, no consigo darme cuenta que un fantasma dará a luz mi desconfianza.
Pero prometo, a más nadie que a mi misma, triunfar de nuevo en este juego apasionado. Y el día que ya no le tema a los abismos, agradeceré a quien estuvo siempre al lado.
No quiero cantar victoria por describir lo que siento en mi estado, tras la gloria, y el imperdible momento. Y a vos canción, de ira y esperanza, prometo no abandonarte. Yo también tengo un nudo en la panza por no poder liberarte pero, pero al menos por ahora, tu lugar es un cajón porque es falta de respeto, cantarte sin emoción.
Y este intruso que hay en mi, no te merece cantar, te merece alguien más grande capaz de inmortalizarte.
En el juicio de los muertos frente a osiris.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Camila