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Tengo una forma especial de interpretar las cosas y siempre trato de buscar el desarrollo positivo de mi vida. Determinada; estoy mejor conmigo misma cuando consigo una postura firme. Se saltar obstáculos y dificultades con inteligencia e imaginación y puedo ser muy buena en lo que me propongo. Tengo autocontrol, aunque a veces carezco de filtro, cosa que me cuesta mejorar. Fiel, segura, leal y con gran capacidad de ayudar a los demás siempre guiándome por lo sustancial. Poseo fuerza de voluntad, determinación, e independencia. Espero la devoción total de las personas por eso me decepciono rápido. Liberal, curiosa, impetuosa, bastante rencorosa, vengativa, y demasiado intuitiva (lo que más destaco). Ambiciosa, misteriosa (se ocultar muy bien las cosas), por demás pasional, intensa, seductora, inconformista. Sociable pero antipática, sarcástica y hasta despectiva. No existen los grises. Tengo una personalidad compleja y contradictoria, aunque profunda, seria y autoritaria y se descubrir automáticamente el punto débil de los demás. No conozco el miedo y nada ni nadie me detiene.

8.11.10


Juguemos a querernos. A amarnos como nunca podremos. Juguemos a algún juego que no este de moda, que sólo vos y yo entendamos. Juguemos a que somos algo, especial, evidente e inevitable de vivir. Juguemos a que no me dejas nunca, a que existe la eternidad cuando hablamos los dos como unidad. Juegos a desafiar al diablo y reírnos de el a sus espaldas. Juguemos a inventar espacios y tiempos que nunca existieron y posiblemente nunca lo hagan. Juguemos a tocarnos sin las manos, a rozar sin sentir y vivir sin morir. Juguemos a que no importa nada, a que nos da igual lo que piensen, a ser indiferentes a todo. Juguemos a encontrarnos por casualidad, a mirarnos a los ojos sin sentir una invasión en el alma. Juguemos a ser invisibles. A valorarnos como somos, a ser lo que realmente queremos ser, a dejarlo fluir. Amor, déjalo ser. Juguemos a que nos jugamos, yo por vos y vos por mi, a que lo apostamos todo, a que lo dejamos todo. A que cuando parece que ya lo perdimos todo, podamos darnos cuenta de que si nos tenemos, ganamos en cualquier juego que nos proponga en la vida o en la muerte. Juguemos a vivir uno por el otro, a depender, a sentir esa sensación de vacío cuando ya no estemos juntos en la ausencia.

Juguemos a morir uno por el otro.

Juguemos a dejar de sentirnos un ilusión ópita para pasar a ser reales. Juguemos a que lo que tenemos, sea lo que sea, es real.

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Camila