8.4.11
Con actitud dominante se levantó, y se paró detrás de mí. Yo estaba casi temblando. Apoyó sus manos en mis hombros y me dijo algo así como que tenía una lastimadura en la espalda. Me sacó una cascarita con la uña. Yo me dejé. Estaba temblando. Empezó a hacerme masajes, me acarició la espalda, me dio un beso en el cuello.
- No veo que te estés quejando. - dijo, soberbio.
Los besos y las caricias empezaron a ser más continuadas, entonces decidí pararme y simular una despedida.
- ¿A tu novia le gustará ésto que estás haciendo?
- Me conformo con que te guste a vos. - Contestó.
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Camila