Recuerdo esa forma en que me miraba, no puedo dejar de imaginarla, de reproducirla una y otra vez en mi cabeza, como un disco rayado. Él me miraba y me hacía sentir tan,tan mujer,Tan increiblemente feliz de poder ver esos ojos y no los de alguien más. Él me miraba, y podía sentir como cada pedasito de mi corazon revivía, incluso me veía a mi misma en el reflejo de ese hermoso paraíso y entendía por qué mis ojos lo amaban aún cuando fuese en silencio sin que lo notara. Mi silencio fue el que ocultó tantas palabras que hubiese deseado pronunciar, balbucear al menos, mi silencio nunca le contó que dentro mío lloraba cuando me quedaba mirandolo fijo. Lloraba de felicidad, porque al fin lo había encontrado, porque al fin estaba completamente segura de algo en mi vida: lo quería,Lo quería y no lo iba dejar ir.
Camila Kiryluk
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